- De la suma de los pasos, unos voluntarios, otros fruto del azar o la obligación, termina por hacerse el mapa diverso de esta patria personal, sin bandera ni pasaporte, que cada uno lleva dentro-
L. Silva

27.- Fin de la primera parte.

Mi salida de India marcaba de alguna manera el principio del fin de mi viaje por oriente, ya que como muchos sabéis quería estar en casa a principios de Agosto para darme un paseo con algunos de vosotros por tierras europeas.
 He pasado las ultimas semanas moviéndome bastante y visitando fugazmente algunos lugares, a los que espero poder volver para una mas relajada estancia.
 Dejé la India con el sentimiento de no querer irme, ya que como imaginaba, ese lugar marca y atrapa de algún modo a algunos (como es mi caso) y con la idea de no estar preparado para regresar al mundo real. Después de visitar Malasya, un sitio tan "primermundista", limpio, avanzado y rico, sentí que echaba de menos todas esas comodidades que durante meses me han faltado y que podía volver a casa sin ningún problema (aunque esa, por supuesto, no es la única razón). Luego he tenido la suerte de ir a Camboya (se lo que se os esta pasando por la cabeza y no voy a trincar o agarrar nada) y la sensación de querer seguir viendo mundo me volvió a invadir, pero ahora mismo estoy bastante convencido de que es un buen momento para volver y pienso que la cosa no tiene por que acabar aquí y ahora.
Hago balance de lo que han sido estos meses, recuerdo por que empeze este viaje, el miedo que pasé cuando me vi finalmente solo y como estoy ahora. He aprendido mucho, muchísimo creo yo. Sobre otras gentes, sobre otros estilos de vida, sobre el mundo en si y de todo ello en conjunto,pero sobre todo he aprendido de mi mismo y sobre mi mismo. Soy exactamente el mismo que se fue pero, como me dice una amiga, ahora debo tener el alma mas ancha, la mente mas abierta y la sonrisa mas amplia y creo que no se equivoca. Estas cosas, se quiera o no, se sea o no consciente aportan mas de lo que uno pueda llegar a pensar.
No me quedo del todo satisfecho, ya que cuando hay tanto por hacer y por ver uno siempre siente que se queda corto. Pero estoy contento y feliz, he hecho algo que quería hacer desde hacia mucho tiempo: viajar. He visto un buen numero de lugares que tenia en mi cabeza a través de fotos en libros o de imágenes en documentales y la sensación que produce estar en esos sitios que conoces sin conocer realmente, es grandiosa. Me sentí abrumado por igual cuando vi la silueta de la Gran Muralla, paseándome por los Himalayas, estando delante del Taj Mahal o entre los templos de Angkor, por poner algunos ejemplos. Pero sobre todo me satisface el pensar que estoy mucho mejor que cuando empecé y el haberme dado cuenta de una cosa importantísima: Yo solo me sobro y me basto, pero con todos vosotros es mucho mejor. Como es sabido la alegría compartida es doble y la tristeza solo la mitad.


Gracias por haberme seguido los pasos, por haber leído este tostón continuo y hacerme saber que estáis ahí. La próxima entrada os la cuento en persona.
Ese Isra está de vuelta in home .

26.- Phir mileynge.

Mi tren llego a Varanasi apenas sin retraso ni incidentes que comentar (mas que nada por que era un nocturno y me pasé el camino durmiendo). Una vez allí, se repite la misma historia que en cada llegada a cada población, montones de conductores de "autorickshaws" me rodean preguntando a donde voy y que ellos me llevan. Opto esta vez por ir con uno que me viene dando la lata desde dentro de la estación. Le digo que me lleve a un sitio llamado "yogi lodge" detrás de el Gath principal (los gaths son las escaleras que bajan al río y donde se desarrolla gran parte de la vida en esta ciudad) ya que está céntrico y eso es lo que conviene. Me sorprende, por que le insisto en que no intente llevarme a otro sitio y el responde que no, que ese sitio esta muy bien y es limpio y tal y tal. En fin, una vez en el sitio, miro la habitación que me ofrecen y me parece bien. Pregunto al tipo en que hotel estoy, por que sigue extrañándome mucho que el tío del "rickshaw" haya hecho lo que le he pedido, y me contesta que en el Yogi lodge. Me acomodo, como algo y luego me da un chispazo: aquí no hay nadie y esto no parece estar muy cerca del Ganges. Bajo las escaleras ya enfadado pero no encuentro a nadie, miro en el libro de registros buscando el nombre y resulta que es el Ganga Yogi Lodge (media verdad y nada que ver). Luego llega el tipo y se traga todo mi mosqueo que no era pequeño. Esa noche la dedico a mirar un montón de incineraciones, tomar una ducha lo suficientemente larga para quitar gente muerta de pelo y piel y después ver como España gana a Alemania (Tobi, Volker, Steffi seguid queriéndonos). Me voy contento a la cama y al dia siguiente vuelvo (esta vez mas contento) a llegar a Varanasi. Es un sitio rebosante de vida, aunque la muerte este tan presente. Me sorprende, de la misma forma que me atrae, el planteamiento de muerte en esta cultura. Aquí viene gente a morir y ser incinerados para librarse así del ciclo de las reencarnaciones, aquí vienen sus hijos, padres y madres a ayudar a que eso sea posible. Comprando la madera donde serán quemados, lavándolos y preparándolos después de muertos, bañándolos por ultima vez en el Ganges y situándolos en el lecho de madera que una vez en llamas consumirá casi todo su cuerpo (normalmente las partes mas duras, el esternón en el hombre y las caderas en la mujer no se queman en el tiempo máximo de tres horas que se le da a cada pira) y mirando como esto sucede acompañados de todo el que quiera mirar, incluyendo guiris atacados por vendedores de flautas y otros con todo tipo de cachivaches (demasiado contraste). Hay solemnidad, pero no tristeza, todos entienden que del polvo salimos y que en polvo nos convertimos. Después de apagar la pira con su respectivo rito las cenizas y restos son arrojados al sagrado río. Aquí viven los parias, que se dedican a los trabajos de incineración y trabajar en hospicios en los que ayudan a aquellos que vienen sin familia ni dinero, tengan unos dignos últimos días y feliz entrada en el Nirvana, ayudados a su vez por el gobierno y por las donaciones que piden después de explicar a los guiris estos datos que yo nos doy ahora (¿otra estafa india?). Aquí hay también cientos y cientos de barqueros que están deseando darte un paseito, llegando a usar como reclamo que te pueden llevar a ver restos humanos en la otra orilla, puede que esa sea la razón por la que se considere maldita y nadie viva allí.
 Claro que no hace falta acercarse a la otra orilla para ver algo, los hospicios tienen muchos muertos pobres y poca madera y a veces tienen que compartir pira entre tres, lo que deja poca ceniza y mucho resto, además se pueden ver algunos restos animales y en ultimo caso: los niños, las embarazadas, hombres santos, muertos por mordedura de serpiente y leprosos no se incineran, pero ¿se tiran al río?.Parece un drama continuo y además desagradable, pero para nada es la sensación que a mi me deja. La ciudad, sobre todo la vieja, esta exageradamente sucia y se hace notar mucho mas al tratarse de un entramado de estrechisimas calles, hay todo tipo de basura, mierda animal y charcos de todos los colores. Entre esto un río humano constante, vacas que bloquean las calles, monos, perros y mas gente. Pero no me resulto molesto.
Quizás el lugar mas agradable de Benarés (como también es llamada la ciudad) son los gaths, donde puedes sentarte a mirar toda la vida que se desarrolla dentro y alrededor del río, la gente que se baña, la que lava la ropa, los hombres que bañan a sus búfalos, masajistas ayurvedicos, niños jugando al cricket, vendedores, gente de todo tipo sentados matando el tiempo y esto mientras en el gath de al lado hay gente abandonando para siempre jamas este mundo.
Lo que me queda del sitio es admiración y la sensación de no haber tenido suficiente, pero los días se vienen y yo voy acabando aquí en  India.
Ultima parada: Calcuta, que resulta estar medio ocupada por españoles que vienen a ayudar al centro Madre Teresa, ¡imaginaos el percal!. La ciudad, aunque no la he conocido demasiado, me da buena sensación, todo lo contrario de cuando llegue hace ya tres meses a Delhi, asi que estoy disfrutando tranquilamente mis ultimos dias aqui, haciendo balance de mi paso por el e imaginando que volvere pronto. Ayer, disfruntado de la tension de esa final que aun no asimilo que haya ganado España y viendo muy cerca ya la vuelta.
Mañana me encontraré de nuevo con Tom, esta vez en Kuala Lumpur. Suerte que él ya la conocia, por que yo no tengo ni idea.

25.- Visita obligada.

Despues del banito en el Ganges, nos dirigimos a Rishikesh, un pueblo algo mas pequeno, que es como la capital del yoga. Aqui viene gente de todas partes a pasar algun tiempo aprendiendo de algun baba, meditar y ejercitar cuerpo y mente en general. No se que hago aqui. En realidad el sitio es tranquilo, agradable y bonito, pero hace calor acompanado de ese pesado toque de humedad que hace que sude continuamente (muy desagradable). A pesar de esto, pase alli tres noches con sus dias sin hacer absolutamente nada. Como el tiempo corre y quiero ver algunas cosas antes de irme (el 13 tengo que salir de India) dejo Rishikesh y el casi abusivo relax, me despido de los dos unicos companieros que quedaban para ir ya de nuevo en solitario a Agra, a visitar el que puede ser el monumento mas simbolico de India, el Taj Mahal ( esto no me lo puedo perder)
El tren sale a las 6 de la manana desde Haridwar y llega 10 horas despues a Agra. No tengo billete, ni idea de como va esto (es el primer tren que cojo en este pais). Compro un billete en " gentle class" lo que significa exactamente que es la jungla. Un camion de ganado es una buena comparacion. Cuando entro en el tren, esta lleno, no hay sitio decente donde sentarse y el suelo esta mojado. En un momento llego a pensar que puedo hacer el camino en el pasillo, pero no he dormido ( y no por estar de juerga, si no por no perder el tren) y me muero de sueno y por algo medio comodo donde echar una siestita. Decido, despues de ver a un tio sentado en un porta equipajes, preguntar a unas mujeres si puedo retirar algo del que hay sobre sus cabezas para sentarme yo tambien. Muy amables me dicen que si y lo llegan a retirar todo para que me acueste. Genial!!! Duermo un ratillo pero cada vez hay mas gente en el tren y hace mas calor. El tiempo y el tren van pasando lentito, lentito. Un rato despues, hay tanta gente en el tren que ya no puedo defender mas mi  "cama" de los indios invasores, pero tampoco puedo perderla entera, no hay ni un trozo de suelo libre y ademas no volveria a sentarme. Asi que toca aguantar estoicamente.
Llego a Agra con joroba y chorreando literalmente, salir del tren ha sido una durisima batalla. Solo quiero un cubo de agua para beber, otro para lavarme y dormir mucho. El hotel esta frente al Palacio, cuando subo a mi habitacion me impresiona verlo bajo un cielo rojizo.
Al dia siguiente, visita por derecho y fotos de rigor. Increible, pero duelen un poco los casi trece euros que cuesta la entrada, mas sabiendo que los nacionales pagan algo menos de 35 de nuestros centimos. Despues a cojer otro tren para acercarme a Khajuraho, donde los templos del Kamasuta (otro sitio que no puedo dejar de ver). Otra odisea entre tren, autobus, conductor de jeep que me deja tirado de noche en un agujero (al menos hay uin par de tiendas) y otro autobus que finalmente me deja en mi destino. Los templos son impresionantes (algunos tienen mas de mil anios) y el sitio esta muy cuidado y en el pueblo viejo me encuentro con una de las estampas de India que tengo en la cabeza.
En un rato salgo para Vanarasi, la ciudad mas sagrada del Hinduismo, a ver que se cuece...

24.- Movimiento.

Voy a ponernos un poco al día de lo que han sido estos últimos ajetreados días. Después de pasar unos días maravillado en el templo dorado de Amritsar, me quité el turbante y volví a calzarme (me gustaba el nuevo look, pero fuera de allí no es lo mismo). Me dirigí entonces a McLeod Ganj, la ciudad donde el gobierno de Tibet tiene su sede en el exilio. Aquí vive el Dalai Lama y cientos (si no miles) de monjes y refugiados tibetanos que en algún momento huyeron de la invasión china. El lugar esta bien, es bonito y tiene algo especial, pero a mi no me termino de convencer, esta lleno de turistas (tanto indios como occidentales) y eso le resta encanto, además mi barriga se hacia notar de nuevo y eso no ayuda. Así que tras pasar un par de días allí tirando a malos, me moví de nuevo con dirección a Manali, en uno de los peores trayectos que he tenido hasta el momento (no entraré en detalles para no aburrir). Una vez allí me reencuentro con parte de la pandilla de la que me había separado casi una semana antes, no quedan muchos, algunos se han vuelto a casa, otros siguen moviéndose.
Si el sitio anterior me había gustado poco, este me gusta aun menos. Sigo algo malo, el tiempo no acompaña y además esta lleno de Israelis (salvo contadisimas excepciones no son gente de la que me guste estar cerca) Para salvar la visita, alquilamos unas motos para ver los alrededores e ir a una aldea que todas las guías comentan. La aldea en cuestión es Malana, esta apartada de todo y resguardada entre montañas, sus habitantes son descendientes de guerreros griegos, tienen su propio sistema de castas que nada tiene que ver con el hindú y lo mas curioso de todo es que no se les puede tocar, ni a ellos ni a sus casas o pertenencias bajo multa de 1000 rupias. Cuando leímos esto, instantáneamente pensamos todos lo mismo: Eso hay que verlo. Allí que fuimos disfrutando de la bonita carretera ( muy distintas de las de Ladahk en lo que a trafico se refiere) y el paisaje hasta llegar casi sin problemas a una planta hidroeléctrica donde hay que dejar las motos y empezar a andar para luego subir una empinadisima colina (que por poco acaba con mas de uno) que lleva finalmente a Malana. Es raro: Los niños, a nuestro paso, repiten una y otra vez ¡chocolate! (no saben otra palabra en ingles) y sin acercarse demasiado. De hecho, yo me acerco un poco a un par de niñas para tomarles una foto y ellas dan un salto atrás rápidamente recelosas. Poco después un hombrecillo acompañado de dos chicos jóvenes nos saluda al pasar, nos pregunta que donde vamos y que si queremos compartir un shiloom con el y sus amigos, aceptamos y vamos con ellos a la puerta de su casa. Ahí puedo comprobar un poco mas lo en serio que se toman lo de no ser tocados, ya que en vez de pasar el shiloom directamente de mano a mano lo dejan en el suelo para que lo cojamos. Un rato después decidimos irnos, ya que debemos estar de vuelta en Manali en pocas horas para coger un autobús a nuestro siguiente destino. Antes de salir del pueblo podemos presenciar en un par de ocasiones mas, reacciones (esta vez mucho mas exageradas) de un hombre y un grupo de mujeres al cruzarse con nosotros en los estrechos senderos que salen del pueblo. El hombre bajaba detrás nuestro y cuando quiso pasarnos empezó a decir: no touch, no touch!! y a mirarnos casi descompuesto, las mujeres, que venían bien cargadas en dirección contraria a la nuestra directamente empezaron a gritar horrorizadas y a pegarse lo mas que podían al borde del sendero dejando espacio suficiente para no ser ni si quiera rozadas por accidente. Me sentí raro, casi enfadado.
De vuelta a Manali solo hay tiempo de recoger las mochilas para llegar justillos al autobús. Diez horas no del todo malas y llegamos a Chardigan una ciudad europea en la India. Es increíble: esta limpia, no hay animales en sus amplias avenidas, la gente respeta las normas de trafico, una locura vamos. Aquí hemos venido para un rato, para ver el Rock garden. Resulta que esta ciudad es relativamente nueva (unos 60 años atrás, Le Corbusier la diseñó). Un inspector de carreteras que vivía por la zona y que debía estar algo aburrido se dedico a recoger escombros y restos de la construcción de esta e ir reuniéndolos para construir un parque lleno de estatuas, esculturas y estructuras de todo tipo, que además recuerdan a Gaudi. Esto lo llevo en secreto durante ocho años y cuando lo pillaron, al gobierno le gusto tanto que lo subvencionó para que todo el mundo pudiera disfrutarlo (la verdad es una pasada). Una vez visto esto, había que tomar rápidamente otro autobús con destino a Haridwar. El trayecto no fue fácil. Empezó bien, pero como tres horas después de salir, un señor "decide" caerse del autobús en marcha y partirse la pierna en pedazos. La escena fue demasiado, gente gritando, niños llorando, confusión... La policía viene enseguida (rarísimo esto) y se lleva al accidentado al hospital, el conductor del autobús tiene que volver a comisaria a declarar, así que allí vamos todos. Una vez allí nos dicen que tenemos que ir al hospital y que ya veremos cuando vamos a Haridwar. Nosotros pasamos de eso y decidimos buscar un camión que nos lleve a nuestro destino. No tardamos en encontrar uno (ventajas de poner a la compañera rubia a preguntar) lo malo es que nos dejo en un pueblo cochambroso a cien km del sitio al que queremos llegar. Decidimos coger otro autobús para no complicarnos mas la vida y llegar a una hora decente. Haridwar apesta, literalmente, pero tiene algo. Se esta tranquilo aunque sea una ciudad ajetreada. El Ganges pasa por aquí y miles de peregrinos vienen a bañarse en el y hacer ofrendas, también aprovechan para hacerse fotos con los guiris, especialmente con nosotros (desventajas de ir con una compañera rubia). Yo mismo no pude resistirme a tomar un baño en sus sagradas aunque algo turbias aguas rodeado de un montón de gente que mostraba una gran alegría por que yo me bañase Después del baño pude disfrutar de una ceremonia que se hace en el que se considera el punto exacto en el que el Ganges deja el sagrado Himalaya para adentrarse en la planicie india. Después de eso poco más, ya casi cuento los días que me quedan para volver y pienso alguna vez si estoy listo para ello y después pienso que ya tendré tiempo de pensar mas adelante.

23.- Un lugar muy especial.

Despues de 36 horas de viaje, de las que aprecie cada segundo (jejej), llegue finalmente a Amritsar, ciudad sagrada de los Sikhs (los indios del turbante y las barbas). No vengo solo, pero el grupo se ha disgregado bastante, tres hemos venido hasta aqui, los otros 9 han ido hacia Manali. La verdad se agradece, puesto que como la mayoria sabeis, resulta muy incomodo y a veces casi imposible moverse con tanta gente a la vez. Asi que aqui estoy en el Templo Dorado, el lugar es impresionante, por la belleza de su arquitectura y mas aun por la energia que desprende y el ambiente que aqui reina. Miles de peregrinos vienen hasta aqui desde todas partes de India, a mi parecer es como la meca de esta religion. Los Sikhs, por lo general y por lo que he podido comprobar por mi mismo, son gente amable, educada, generosa  y muy tolerante. Los templos (gurudwaras) tienen cuatro puertas en senal de que todo el mundo es bienvenido y no solo para visitar, si no para convivir con ellos el tiempo que uno estime necesario. Te dan de comer y un lugar para dormir, esto pasa en todos y cada uno de los templos Sikh, pero en este ocurre  a gran escala. Aqui dan de comer a unas diez mil personas diariamente, es increible la organizacion (sorprende mas al tratarse de India) y como todos trabajan voluntariamente para que esto salga adelante sin interrupcion.
Comida, agua y te la 24 horas del dia, (imaginaos la cocina).Es todo un espectaculo que se engrandece cuanto mas tiempo pasas observandolo. La verdad me gustaria poder explicar esto sin parecer un flipado, pero me temo que no encuentro las palabras adecuadas, simplemente impresionante. La primera noche fui a visitar el templo por dentro y alli encontre mas de 50 personas limpiando y preparando el templo para el nuevo dia (que empieza a las 2 de la manana), cantaban todos juntos algo realmente bonito mientras hacian su tarea y eso simplemente me dejo de piedra, nunca habia visto o imaginado siquiera algo asi. La gente duerme por todas partes, se banan alrrededor del templo en sus aguas que son sagradas y curativas, en un momento de la noche cientos de personas comienzan a sacar agua a cubos del estanque, para lavar mezclandola con leche los suelos de marmol ... En fin, si  algun dia encuentro el modo de explicar esto y os sigue interesando os lo contare, de momento creo que es algo que hay que ver y sentir por uno mismo.

22.- Ya era hora.

 Mentiria si digo que nada ha pasado desde la ultima vez que escribi, pero es que no me he sentido animado ni, con especiales ganas de contar nada. He estado tranquilo, dejando pasar el tiempo e intentando entretenerme de cualquier forma posible. Me he acercado, junto con Tom a un grupo de gente bastante buena que andaban por aqul­, la mayori­a viajan solos al igual que nosotros dos, pero supongo que hay veces que a uno le apetece hacer un poco de vida social y compartir experiencias, asi que finalmente la gente acaba por juntarse. Hemos estado por aqui­ y por alla, de un lado a otro con las motos, pero ya de forma segura y relajada por valles y junto al ri­o Indo (nada de pasos de montana, nieve, ni nada por el estilo), jugando a un "tigres contra cabras" (juego nepali­ similar al ajedrez) que yo mismo fabrique con un carton y algunas chapas de cerveza y haciendo algo de ejercicio en un rocodromo que encontramos en el pueblo (por fin le he dado uso a los pies de gato que he estado cargando tanto tiempo).
 La verdad es que estan todos como putas cabras (me incluyo tambien) y esto da para mucho, es divertido pasar el tiempo escuchando a personajes como Martin (un ingles superloco) o Peter (un austriaco con un sentido del humor buenisimo), hablar con Andreas (un italiano al que le encanta maldecir) o  aprender de Manu (un indio, con todo lo que eso conlleva). Por lo demas poco mas ha pasado, nada de aventuras o peripecias.
Lo mas importante en las ultimas semanas ha sido la YAK TAIL PARTY, os explico: Cuando uno esta rodeado de tanto personaje, las ideas locas salen de todas partes. El caso es que era el cumpleanios de Tom y el mismo decidio que para celebrarlo hariamos una fiesta en la que todo el mundo debia llevar una cola de yak (esos gigantescos y peludos bovinos que tan importantes son en estas tierras), asi que alli que fue cada uno a buscar su cola de yak, para llevarla puesta durante todo el di­a siguiente en honor a Tom. Imaginad las caras de la gente al ver pasear por el pueblo a un grupo de idiotas con una mata de pelo colgando de la parte trasera del pantalon. Los guiris como nosotros nos preguntaban que donde era la fiesta, los locales simplemente se reian e intentaban explicarse por que usamos como adorno divertido algo que ellos usan para limpiar el polvo. En fin, la risa y el jolgorio estuvieron presentes durante toda la jornada. Para terminar, algunos de la pandilla se encargaron de decorar el bar en el que se reune todo el mundo, para la fiesta nocturna, otros se encargaron de la tarta y los regalos y yo me encargue de hacer una recopilacion de musica a la altura del acontecimiento. Cuando Tom , que no se oli­a nada, llego al bar y se vio la que le habi­amos montado, se quedo de piedra, solo sonreia y decia gracias una y otra vez.
 La fiesta estuvo genial ( la verdad yo no me entere de mucho, ya que hacia de "Dj" y "fotografo") hasta que algo que aun no tengo muy claro hizo estallar una pelea. La cosa es que habi­a demasiados ladakhis borrachos y demasiadas chicas bailando y eso solo puede derivar en toqueteos y malos comportamientos que supongo no deben ser facil de soportar y para unos pocos ingleses con algunas cervezas de mas es simplemente intolerable, asi que, ahi esta el resultado. Tampoco fue para tanto, muchos gritos y empujones (hasta yo arroje a un ti­o por la puerta de una manera que me sorprendio), pero fue suficiente para que se acabase la fiesta. Lo bueno es que nadie se acordara de lo malo.
Ahora mientras escribo, estamos esperando un par de jeeps que nos lleven a Sirinagar de nuevo, no hay manera de salir hacia Manali y tras cinco semanas aqui­ (algunos mas, algunos menos) esperando que la carretera abra, nos hemos puesto de acuerdo para dejar Leh. Para mi esta siendo algo triste, la familia con la que me he alojado, han sido casi como mi propia familia, me han tratado como parte de ella y hoy al dejar la casa se le han escapado las lagrimas a casi todos y como no, a mi tambien. Me he sentido muy bien aqui­, he visto cosas, lugares y gentes que me van a ser imposibles de olvidar y aunque en algunos momentos pienso que he desperdiciado tiempo para ver otras cosas, creo que he vivido una experiencia unica, que ademas me ha ayudado y acercado un poco mas a mi meta y a apreciar y disfrutar cada segundo de mi existencia.

21.- Una larga historia.

Después de habernos tirado una semana con la moto para arriba y para abajo, decidimos que era hora de desclasar un poco, dejar las motos por un día y volver a cogerlas para ir al lago Pangong, un lugar de los que no te puedes perder si estas por aquí. En principio planeamos ir y volver en el mismo día, a pesar de que esta a unos ciento cincuenta kilómetros de Leh y hay que atravesar un puerto de montaña, el Chang La a 5360 metros (cosa fácil pensamos ,ya que habíamos hecho anteriormente otro algo mas alto) pero las cosas no fueron tan fáciles y nos ha tomado cinco días regresar. Como es largo e intenso lo divido en minicapitulos para intentar contarlo todo.

-Día 1: El paseo.
Salimos temprano por la mañana, voy algo tonton por que no he pasado buena noche, pero contento por otra parte por que esta vez llevo una Enfield de esas que de las que ya he contado. El camino es agradable y tranquilo, de vez en cuando incluso me parece que vamos demasiado lentos para todo lo que nos espera y me molesta, en una parada Tom me nota raro y me hace una pregunta clave en la que aun estoy pensando: ¿quieres que nos volvamos? por supuesto que no, le digo yo. Tras un largo y a veces complicado, pero muy bonito trayecto llegamos a Pangong Tso. Es un lago enorme, precioso, cristalino, rodeado de montañas y compartido por India y China. No hay nada aquí a parte de unas pocas casas sin agua corriente ni electricidad y algunas tiendas de campaña donde resulta carisimo alojarse. Kilómetros atrás , en un puesto de control donde presentamos los pasaportes y permisos, un policía nos dice que no es buena idea que volvamos esa misma tarde ya que hay tormenta en la montaña y la vuelta puede ser complicada, así que buscamos un sitio donde pasar la noche para salir temprano por la mañana, buscar gasolina (tarea harto complicada en un sitio como este) y volver. Pasamos el resto de la tarde paseando por el lago, construyendo una estupa bastante grande a orillas de este (la cual nos gusta pensar seguirá ahí dentro de cientos de años, si un terremoto o una horda de chinos invasores no la destruye primero) y tomando fotos y vídeos del sitio.
-Día 2: Un mal sueño.
A las seis de la mañana resulta imposible seguir durmiendo. La luz entra por todas partes y las mujeres de la casa llevan una hora trabajando y haciendo ruido. Aprovechamos para adelantar la búsqueda de combustible y poder llegar antes a Leh. Es lunes, el día está hecho una mierda y no hay mucho donde buscar, no vienen autobuses ni jeeps turísticos a los que pedirles gasolina, el ejercito nos ofrece "mixed querosene" que probablemente se cargaría las motos, así que no lo tomamos. Un par de horas después conseguimos unos veinte litros de gasolina a precio europeo, de una familia que vive en una enorme tienda de campaña hecha con un paracaídas. Comenzamos la vuelta, hace un frío que pela y empieza a nevar, las motos lo notan, nosotros también. Estamos muertos de hambre por que el desayuno en el lago ha sido mas bien cortito, pero creemos que es conveniente pasar el Chang La primero y comer después. Cuando llegamos a los pies de la montaña no podemos pasar de largo el puesto militar, tenemos que parar, estamos empapados y helados. Los soldados nos ofrecen té y algo de comida y descansar un rato al lado del fuego. Cuando vamos a reanudar la marcha, las motos están heladas, nos cuesta muchísimo trabajo arrancarlas, menos mal que el soldado Peter y el soldado Raj están ahí para ayudar. Sigue nevando, pero la cima no esta muy lejos y queremos regresar, las carretera empieza a convertirse en una pista de esquí o patinaje según el sitio, las motos resbalan a cada poco, he perdido la visera de mi casco y el bigote se me congela, la nieve me quema en la cara. Nieva mas fuerte cuanto más subimos, de repente mi moto se para y ya no hay forma de arrancarla, no veo nada a mi alrededor, todo es blanco (recuerdo Ensayo sobre la ceguera de Saramago) me cuesta muchísimo respirar (suele pasar en esas altitudes) y empiezo a asustarme.

Le digo a Tom que no puedo seguir, que me vuelvo andando al puesto militar, que le den a la moto, que no me voy a morir allí por que no me da la gana. En ese momento realmente temía por mi vida (pensaba que me iba a convertir en un "guiri fatal" como esos que mueren en los San Fermines por exceso de alcohol o falta de conciencia). Dejo la moto literalmente tirada y empiezo a andar carretera abajo, con la nieve por los tobillos, asfixiado y muerto de miedo. Miro hacia atrás un momento y veo que mi compañero también ha dejado su moto y viene andando detrás mía. Hasta el día siguiente no supimos que habíamos andado casi diez km bajo esa horrible tormenta. Cuando por fin llegamos al puesto militar, no puedo aguantar mas y rompo a llorar como un niño (de verdad pensé que me quedaba por allí tirado para siempre). Los soldados nos tranquilizan (mas a mi que a Tom), nos dicen que esa noche la pasamos allí y que mañana ya veremos si recuperamos las motos y podemos regresar. Nos preparan un par de catres en una habitación helada, nos dan algo de comer y beber y nos dejan una botella de oxigeno por si acaso. Malísima noche, peor día siguiente.
-Día 3: Una pesadilla.
El soldado Peter nos despierta, si es que dormimos algo esa noche, con un par de tazas de "Masala tea" y nos dice que el oficial al mando va a venir a vernos, que nos preparemos. La noche anterior recibimos una monumental bronca telefónica de otro superior, así que nos esperamos algo por el estilo pero en persona. No resulto tan mal la cosa. Nos pregunta que como hemos pasado la noche y que como estamos y bromea con la gran aventura que tenemos para contar. Nos dice también que van a recoger las motos y llevarlas a la cima, que allí estarán mas seguras puesto que hay otra base militar y que los soldados pedirán a cualquier camión o similar que pase por allí que nos lleve a recoger las motos y de vuelta a Leh. Durante horas solo pasaron algunos pequeños jeeps con turistas en los que no había sitio para nosotros y mucho menos para las dos enormes Enfields. Finalmente paran una camioneta, y negocian un precio razonable por llevarnos. Nos despedimos de los soldados que tan bien nos han tratado y emprendemos de nuevo el camino a la cima. Tardamos tres horas en hacer unos ocho km, la camioneta no lleva cadenas y se queda atascada en cada curva, hay que empujarla, quitar nieve de delante de las ruedas y sustituirla por la poca tierra que encoramos debajo de la espesa capa de nieve a los lados de la carretera. Nieva sin parar. Nos sorprende negativamente encontrar las motos en el mismo lugar que las dejamos, cubierta de nieve la mía y llena de témpanos de hielo la otra, (malditos soldados mentirosos, nos decimos). En medio de la fuerte nevada, tenemos que bajar de la camioneta para subir las motos a la parte trasera, pesan muchísimo y el esfuerzo me deja sin aire, es una sensación malísima esa de no poder respirar. Por fin llegamos a la cima, allí hay montones de camiones y jeeps parados, el conductor pasa de largo ya que quiere salir de allí tan rápido como nosotros. Bajando un kilometro mas o menos por el otro lado vemos un camión al borde de un precipicio y un quitanieves que intenta situarlo de nuevo en la carretera y unos quince coches esperando a poder pasar. Estamos a unos 150 metros del camión, desde nuestro jeep vemos como un montón de gente intenta salvar el puto camión de mierda. Tom me dice que si vamos a ver y a hacer unas fotos, un local que venia con nosotros nos dice que no salgamos, en ese momento toneladas y toneladas de nieve se deslizan por la ladera, detrás del camión sepultando a cuatro personas. Rápidamente un montón de gente, ladakhis todos, corren con palas, platos y todo lo que sirva para cavar hacia la avalancha. No podía creer lo que estaba pasando. A uno de los sepultados lo sacan rápidamente, tuvo la suerte de quedar con la cabeza fuera del alud. Sin saber por que, seguimos allí esperando. Al rato sacan a otro, a este lo sacan muerto. Siguen cavando para intentar encontrar a los dos que faltan, son turistas indios. Pasa mas de una hora, estamos a poco mas de un km de una base militar y el ejercito todavía no ha hecho acto de presencia (no tengo palabras para esto). Un rato después el conductor de nuestra camioneta regresa, da la vuelta junto con los demás coches y de nuevo para atrás. En ese momento me doy cuenta de que no va a ser fácil salir de allí, la carretera esta bloqueada por un montón de nieve que hay que quitar poco a poco para encontrar a los desaparecidos. Volviendo a la cima la camioneta se vuelve a quedar atascada, yo no puedo mas con el agobio, me bajo y sigo andando. Una vez arriba encuentro junto con Tom a un montón de soldados y todos esos turistas indios que antes pasamos,tomando te y preguntándose por que no se mueven de allí. Uno nos preguntan y Tom contesta cabreadisimo que ha habido una avalancha y que hay muertos y que todo ha sido por un viejo camión. A todos parece darles igual, de hecho cuando pasan algunos soldados llevando al muerto cogido por brazos y piernas, casi arrastrando, algún turista incluso tomó una foto.
Una hora después llega la camioneta y el conductor nos dice que las motos se quedan allí, que mañana lo volveremos a intentar. Nos lleva de vuelta a Tangtse, un pueblo al lado del lago que habíamos ido a ver dos días antes y del que casi ya ni me acordaba. Para rematar, los dueños de los dos hostales abiertos del pueblo aprovechan la llegada masiva de turistas necesitados para hacer negocio. Carisima noche, aburrido día siguiente.
-Día 4: Un día perro.
Hay un ambiente raro en la calle que comprende casi la totalidad del pueblo. La mayoría de los turistas están esperando junto a los jeeps saber si podrán volver a Leh, el muerto espera ser regresado a su casa también y nosotros esperamos ver de nuevo al conductor que nos trajo hasta aquí.
Nada que hacer, no hay forma de matar el tiempo, ni teléfono ni agua caliente tampoco. Algunos de los turistas consiguen permisos para volver por una carretera que va junto a la frontera china que pertenece al ejercito y por la que hay que hacer cuatrocientos kilometras ¿afortunados?. Vemos a algunos de los que compartían transporte con nosotros, nos dicen que al día siguiente veremos.Los días aburridos uno se acuesta temprano.
-Día 5: Se acabó.
La mañana esta horrible. Nada mas despertar pienso vamos a pasar allí otro día al menos. Afortunadamente me equivoco, veo la camioneta y me acerco a preguntar que vamos a hacer, nos vamos me contestan aunque poniéndolo un poco en duda, para no quitarle emoción al tema. El caso es que después nos dejaron tirados en el primer puesto de policía que pasamos. Al menos no tardamos en conseguir otro coche, claro que este no tenia donde poner las motos (es lo de menos, me decía a mi mismo). Sin problema llegamos a los pies de la montaña pero con muchas mas complicaciones que la vez anterior llegamos a la cima de esta. Los últimos tres km de camino los hicimos andando junto dos mujeres y un bebe que venían en el jeep con nosotros, como no, bajo una intensa nevada. Horas después de llegar arriba, aparece por fin el coche seguido de varios camiones, uno se ofrece (cobrando por supuesto) a llevarnos junto con las motos a Leh. Tras la ardua tarea de meter en el altísimo remolque del camión bajo la atenta mirada de al menos treinta soldados y un largo viaje de vuelta llegamos a Leh. Ducha, cena y a dormir como hacia mucho que no dormía. Ha sido malo pero ya pasó.

Hoy me he enterado de que el Barça ha ganado la liga, eso le tiene que haber gustado mucho a mi padre.